Cuando tenía 20 años pensaba que pasar un tiempo en un complejo termal era algo reservado para mis abuelos o para los que tenían algún problema de salud. Y no sé si será porque uno se hace grande y el cuerpo ya no pide tanta salsa cubana, que empezás a considerar en tu brújula viajera esas piscinas con aguas más que templadas. Y termina siendo un planazo hasta para un trip de amigas; sí, con las mismas que en tus años mozos desgastabas las pistas de las discos latinas, mojito en mano.
Y entonces descubris un mundo encantador, relajante, en el que te sentís más reina que Cleopatra en el Nilo, con “esclavos” imaginarios masajeando tu geografía corporal, ansiosa por deshacerte los nudos del estrés urbano.
El mapa entrerriano tiene un sinfín de aguas caldas. Pero las Termas de Villa Elisa, a 360 kilómetros de Buenos Aires (Flechabus tiene servicios diarios que llegan en menos de 6 horas) , son una de las más bonitas y modernas, con un nuevo espacio de vanguardia recientemente inaugurado para que la experiencia sea magnífica.
El edén termal se encuentra a poca distancia del centro de la ciudad. Pasar un finde en el complejo de más de 40 hectáreas tiene un valor incalculable para tu salud, tu ánimo y bienestar.
La oferta de piscinas es variada. Se adapta a todos los cuerpos y necesidades. Siempre alertando a los visitantes con carteles indicadores sobre su uso, encontrarás alternativas a diferentes temperaturas, algunas cubiertas, otras semicubiertas y calefaccionadas, y recreativas al aire libre. La cuota de adrenalina emerge en la novedosa piscina con olas. Si el viaje es en familia, los peques encuentran su lugar en la simpática plaza acuática.
La belleza tiene su premio dentro de un moderno Spa al que ni Venus podría resistir. Si te gusta caminar, amplios senderos te esperan para darte ese gusto al ritmo que quieras. Los paseos en bici también son una de las magníficas ofertas disponibles, así como las actividades acuáticas que giran alrededor de un hermoso lago que invita a perderse en el atardecer y saborear un drink que acompañe el ocaso.
Olvidate de aburrirte en un lugar como éste. No solo por las canchas de tenis y golf con las que cuenta sino porque además,en cada jornada te espera una agenda recreativa para que al menos, si no movés tu cuerpo al son son, sonrías. No es extraño que algún dúo musical anime la tarde y todos terminen haciendo trencito en bata, reflejo más que oportuno para desmitificar la leyenda de que el turismo termal es sólo cosa de gente anciana y con poca diversión.
Para que la experiencia sea más que un encanto, el predio ofrece múltiples alternativas para hospedarte. Según tu presupuesto, podés elegir acomodarte en el sector de camping, optar por cómodos bungalows o disfrutar de alguno de los hoteles del complejo. Cada una estas propuestas te acerca al plan perfecto para una escapada, donde la naturaleza, el relax y el placer se combinan para hacerte sonreir en las aguas caldas de Villa Elisa.
Nuevas Piscinas de la Rivera
El pasado 30 de marzo REVISTA HUÉSPEDES fue partícipe de la fiesta inaugural de este flamante espacio termal bautizado «Pisicinas de la Rivera«. La moderna obra realza aún más las características del complejo, con un proyecto arquitectónico que visto desde arriba, alude al logo insignia de las Termas.
La celebración inició con arpegios de suaves violines que daban la bienvenida a los invitados. Del acto participaron el Director del complejo, Arturo Deymonnaz, y estuvieron presentes el Ministro de Turismo de la Provincia de Entre Ríos, Adrián Fuertes y el Intendente de Villa Elisa, Leandro Arribalzaga. Tras la bendición de aguas a cargo de los párrocos locales pudimos recorrer las tres nuevas piscinas, mientras se desplegaban en simultáneo diferentes shows artísticos y acrobáticos en el agua. La velada cerró con los acordes del arpista “Corazón” Vera y el músico Jorge Villanueva, que acompañaron musicalmente el banquete de esta apertura.
+info termasvillaelisa.com
“Corazón” Vera, con el arpa en la piel
Difícil que la emoción no claudique cuando la melodía es interpretada por unas manos bendecidas en el diapasón de un arpa. Difícil entender el instrumento y acomodarlo a los vaivenes del tiempo y la tradición. Difícil pero no imposible para “Corazón” Vera, un músico oriundo de misiones que lleva su música y su instrumento por el mundo entero.
En sus manos esconde el secreto desde los 9 años, cuando una de sus hermanas le enseñó el arte de tocar este instrumento. Es el menor de doce hermanos que la vida le ha arrebatado con el tiempo. Será por eso que a través de la música conecta con esa tradición familiar tan especial que parece no detenerse.
El arpa que lleva por amigo fiel es obra suya y entre los dos comparten un lenguaje cifrado, escondido en su particular pentagrama. Humilde, sencillo, se llevó aplausos honestos de quienes lo escuchamos en un íntima sesión al día siguiente. Y entendimos por qué, a pesar de los años, sigue girando a merced de este celestial instrumento al que tiene mucho que agradecer.