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Hotel Majestic: clásico y moderno

El emblemático establecimiento de Barcelona emprendió desde 2010 una reforma que combinó la arquitectura original y algunos elementos históricos del edificio con toques de modernidad

El emblemático establecimiento de Barcelona emprendió desde 2010 una reforma que combinó la arquitectura original y algunos elementos históricos del edificio con toques de modernidad

El Paseo de Gracia es una de las arterias más concurridas y cool de Barcelona. Hombres y mujeres la transitan rápido, con bolsas de las principales marcas en sus manos, yendo a sus trabajos. Los turistas, en cambio, la paladean despacio: saborean unas tapas en alguno de sus infinitos bares, se detienen frente a cada una de sus incontables vidrieras. En la esquina con Carrer de Valencia, emerge un edificio neoclásico que logró combinar el respeto por su estética tradicional con la incorporación de elementos modernos. Se trata del Majestic Hotel & Spa, que invirtió en los últimos años, desde 2010, nada menos que 25 millones de euros para reformas que abarcaron a transformar los interiores: las habitaciones, los pasillos, las zonas comunes y las instalaciones.

El hotel, propiedad de la familia Soldevila-Casals (los dueños actuales son la tercera generación que se ocupa del establecimiento) existe desde 1918, por lo que ya es un verdadero clásico dentro de la oferta de la ciudad y por sus camas pasaron desde la Reina María Cristina (en 1928) hasta el poeta Antonio Machado, pasando por la cantante Josephine Baker o el escritor Federico García Lorca, como ejemplos de una lista interminable.

 

 

 

El prestigioso diseñador mallorquín Antonio Obrador, reconocido por ser el autor, entre otras, de la casa que la modelo Claudia Schiffer posee en España, puso manos a la obra y no escatimó intervenciones que fueron desde la arquitectura hasta aspectos de paisajismo. El respeto por la arquitectura clásica del edificio fue uno de los puntos de partida del trabajo. El resultado, fue un producto ecléctico y atemporal, respetuoso con lo anterior y moderno en confort, tonos, iluminación y materiales.

La mejora de la luminosidad y la introducción de piezas contemporáneas combinadas con una cuidadosa selección de textiles convierten las habitaciones en espacios frescos y acogedores, aportando sensación de amplitud. El tratamiento de los diferentes elementos de los baños refleja la voluntad de conservar la esencia del pasado dándole un aire más actual, sin perder nunca de vista el principal objetivo de cualquier hotel: dar al visitante el máximo confort.

 

Cuando menos es más

El hotel traía, desde la reforma anterior, en 1994, nada menos que 303 habitaciones. Esta reforma bajó el número a 275, de las cuales 47 son suites (en total, suman nada menos que 22.000 metros cuadrados de superficie). ¿Por qué la caída en la cantidad? Porque para dar mayor comodidad, se amplió el tamaño de algunas de ellas. Todas tienen elementos en común: son luminosas, con techos altos, elegantes miradores y románticos balcones. La decoración se basa en tonalidades marrones, blancas y beige, con un mobiliario delicado de estilo clásico, combinado con elementos actuales. Una sensación neutra para la vista que favorece el descanso. Los tejidos que tapizan las paredes son de gran calidad, como el lino, algodón o la trevira, empleada para los paneles verticales, que proceden de firmas como Güell-Lamadrid –considerada la textil más moderna y vanguardista de la escena catalana actual-, la Tapicerías Gancedo –un clásico de la ciudad, fundada en 1945-, Gaston y Daniela –firma española cuyo origen se remota a 1876- o Ralph Lauren.

Los baños presentan diferentes tonalidades de mármol blanco y gris para crear un ambiente luminoso. Este mismo material se emplea en suelos y revestimientos de pasillos y ascensores para dar unidad al conjunto. El diseño exclusivo de la moqueta de lana empleada en los corredores exteriores es heredada de la época previa a la reforma, pero decidió dejarlo tal como estaba porque se considera un sello de identidad del hotel.

El Majestic sigue allí, imponente, como una nueva demostración de que es posible apostar al futuro sin perder el respeto por el pasado.

+ info: HotelMajestic.es