Hoteles New York Por el mundo

Codo a codo con los millonarios

Huespedes2

Madison a un lado, la Quinta al otro. Frente al Central Park. El Four Seasons en lo más lujoso de Manhattan

Si alguien supone que sólo con la ubicación basta para seducir al viajero, se equivoca. Pero si susurran que un chofer y un Rolls-Royce están disponibles para llevarlo por la ciudad, las cosas cambian.

Uno siempre fantasea con cómo sería la vida de los millonarios. Un hotel de cinco estrellas en Nueva York, un hito de decoración moderna diseñado por el famoso arquitecto IM Pei, ubicado en donde se apilan los afortunados exitosos en la dirección más prestigiosa de la ciudad entre Park Avenue y Madison Avenue, a solo unos pasos de las tiendas de Central Park y con suites llenas de sol, algunas de las más grandes de Manhattan.

El Four Seasons Nueva York ofrece inigualables vistas de la ciudad y el parque, sumergiéndose en una curiosa serenidad en lo alto del emocionante torbellino de Manhattan.

 

 

 

El mágico IM Pei creó una combinación de asombro en el ingreso, con piedra de Chassagne francés elegida para los solados, columnas que llegan allá arriba, donde el techo se despliega fabuloso en la inmensa altura. Con cierto aire de palacio, logra expresar ciertos tonos de intimidad merced a pequeños toques de ambiente y sus cálidas propuestas gastronómicas que acercan un leve murmullo a los espacios comunes. Llegar hasta allí sigue siendo sencillo. Hace más de 25 años United vuela sin escalas a diario de Houston al Aeropuerto Intercontinental George Bush, donde, además, cuenta con una terminal exclusiva: la B Sur Concourse.

Dentro del coloso

Su estilo tan neoyorkino en el frente y con su techo inspirado en la corona de Mrs. Liberty cobijan uno de los mejores sitios desde donde conocer o redescubrir la ciudad.

El estilo equilibrado del vestíbulo es un preanuncio de lo que se verá en los cuartos. Allí el ingreso remite a algún film de la época dorada de Hollywwod. La cadencia repetitiva brinda simetría a las propuestas, independientemente del tipo de habitaciones. La diferencia esencial se dda en el metraje y las vistas. La elección monocromática deja a la apabullante Nueva York lucirse a pleno.

Es sorprendente el uso de los espejos que juegan diatribas de espacios desde las cabeceras de las camas o los marcos de las ventanas. Se ha hecho hincapié en detalles que pueden pasar desapercibidos, pero brindan carácter a la propiedad: muebles de madera de sicómoro inglés de color crema y diseños hechos a mano se encuentran en las camas que flotan en el aire o los tapices que anudados a mano cobijan los pies de los viajantes. El mármol no escasea en los baños.

Equilibrio, solidez, cobijo y majestuosidad… como en derredor.