Cuando bajan las temperaturas, el primer impulso suele ser prender todo lo que tenemos a mano para combatir el frío. Pero con un poco de estrategia y atención, es posible mantener el calor sin que eso se refleje de forma desmedida en la factura de electricidad.
Cada vez más personas recurren a artefáctos eléctricos, porque suelen no precisar de instalación, pero surgen dudas sobre cuál de ellos es más conveniente para calentar el ambiente, sin romper nuestro equilibrio de gastos.
Comprometidos con el uso eficiente de la energía, desde Edesur brindan recomendaciones para ayudarte a elegir un sistema de calefacción, sin gastar de más.
Lo primero que conviene tener en cuenta es que no todos los equipos eléctricos calientan igual… ni consumen igual. Aunque un caloventor pueda parecer la solución más rápida y económica, su consumo por hora es de los más altos. Un panel eléctrico de bajo consumo o un radiador estándar, por ejemplo, pueden ser aliados más eficientes y sostenibles en el día a día.
También vale la pena pensar a largo plazo: los aires acondicionados con tecnología inverter, aunque más caros al momento de la compra, permiten un ahorro energético considerable si los usás bien. Eso sí, el truco está en no subir de más el termostato. Cada grado de más puede aumentar tu consumo hasta un 9%.
Pero no todo depende del aparato. El calor también se escapa si tu casa no está bien preparada. Pequeños detalles como poner burletes en las puertas, cerrar bien las ventanas o ventilar solo unos minutos por día pueden marcar una gran diferencia. Aprovechar el sol cuando está, cerrar cortinas por la noche o concentrar la calefacción en los espacios que realmente usás también son gestos sencillos pero muy efectivos.
Etiqueta de eficiencia energética
Todos los aparatos deberían traer un calco que permite entender de forma muy simple los diferentes niveles de consumo y eficiencia. Es una escala de letras y colores que va de la A (verde, mayor eficiencia) a la G (rojo, menor eficiencia).
Edesur hizo un ranking de consumo aproximado de los sistemas eléctricos más utilizados.
A veces, gastar menos no se trata de pasar frío, sino de usar con inteligencia lo que tenemos.
Un invierno más cálido y más amable con tu bolsillo es posible. Solo hay que prestarle un poco de atención a los detalles.