Se podría decir que los buenos vinos son como las amistades: se afianzan y mejoran con los años. He aquí una historia de dos niñitos que compartieron la primaria en Mendoza. De los juegos de la infancia al mundo del vino.
El pequeño Tomás Machado, pertenecía a una de las familias de bodegueros más antiguas de la provincia y continuó el legado de su tío abuelo Don Manuel Villafañe. Por su parte, el niño Julián Clusellas se dedicó primero su carrera a los olivos y en los mismos campos del Valle de Famatina, desde el 2001 comanda la moderna bodega Valle de la Puerta. Hoy el vino vuelve a ponerlos codo a codo, como compañeros.
Más allá de las distancias, alturas y paisajes tan diversos, una en Maipú, la otra en Chilecito, las bodegas han dispuesto el trabajo conjunto de sus equipos técnicos para evaluar la posible elaboración de una etiqueta. El winemaker Javier Colovatti, de Valle de la Puerta, y Juan Pablo Vivo, enólogo de Don Manuel Villafañe, son los encargados del desafío de ensamblar identidades y terroirs en una botella.
Por su parte, los jefes comerciales de ambas compañías, que ya cuentan con un amplio conocimiento en la comercialización a otros mercados, elaborarán un plan conjunto para dar a conocer a ambas bodegas, tanto a través de sus productos como de los proyectos de turismo que ya vienen desarrollando en La Rioja y Mendoza.
La noche del reencuentro
Este viernes 25 de febrero, Don Manuel Villafañe y Valle de la Puerta se van a mostrar juntas por primera vez ante los asistentes a LA NOCHE DE LAS BODEGAS, desde las 19 en PANI (Vicente López 2056).
Tal como se hace desde 2017, el evento se trata de un recorrido libre, en esta edición por el bello barrio de Recoleta, donde bodegas y distribuidoras ofrecerán degustaciones de sus mejores productos.
La entrada permite acceder a las propuestas de los establecimientos y bodegas invitadas, cuantas veces quieran.