San Juan da la impresión de recibirte como si te conociera de toda la vida. En un paisaje agreste que ostenta una árida belleza, la calidez de su gente se destaca como la cordillera que se alza imponente sobre la planicie.
Cristian Wetten, nuestro anfitrión, nos tenía preparado un completo raid para conocer las seductoras propuestas de una tierra de vinos y aventura. Con rumbo a Calingasta, nuestro recorrido comienza retrocediendo en el tiempo, donde las descomunales formas intrincadas del cerro Alcazar atrapan nuestras miradas. Es irresistible la tentación de caminar y comenzar a ganar altura para sentirse parte del paisaje. Desde lo alto, los alrededores se ven todavía más extraños. Una paleta limitada de marrones que se destiñen por la erosión, nos rodeaba en todas direcciones.
Continuamos nuestro camino bordeando los vestigios del río Los Patos, hasta llegar a la bodega “Alta Bonanza de los Andes” donde Patricio Villanova nos recibió con el orgullo de quien ama lo que hace y disfruta de compartirlo. En un entorno natural fuera de proporción, la finca se destaca como un oasis, enmarcado por los picos de la cordillera de los andes, que intentan esforzarse por alcanzar los 7000 metros de altura. Luego de aprender sobre el proceso de elaboración, nos esperaba una mesa con una sabrosa picada y una degustación de una variedad de vinos, que a sus sabores, se les sumaba el sentimiento de disfrutarlos bajo una extensa galería de adobe rodeado de una postal en movimiento. Torrontés, Bonarda, Cabernet Sauvignon, Malbec y Syrah desfilaron junto a una confortable compañía y a las enseñanzas de Patricio que nos ayudó a comprender un poco más ese místico mundo del vino.
Continuando nuestro recorrido nos sorprendieron con unas empanadas Sanjuaninas al arribar a la bodega “Entre Tapias”, un emprendimiento familiar donde la producción de sus vinos adquiere una escala humana, en cuanto a calidad y producción.
Aventura al atardecer
El final del día nos encontró en Barreal Blanco al pie del cerro Mercedario con su cono nevado que araña los 6770 metros de altura. En todas direcciones se observa una planicie conocida también como Pampa del Leoncito que se extiende por kilómetros, despojada de cualquier tipo de obstáculo, donde el sol labró formas caprichosas en un suelo que da la sensación de ser un entretejido sin principio ni fin. Lo curioso es que esta monocromática geografía se llena de colores en movimiento. Las velas de los carros de tres ruedas que son empujados por la intensa fuerza del viento, cortan el paisaje llenándolo de diversión y aventura.
Vientos extremos
En un principio “Cuesta del Viento” fue adoptado por algunos pocos fanáticos del windsurf que encontraron en esos despojados paisajes las condiciones ideales para llevar su pasión al límite. Aguas planas y vientos descontrolados se combinan con paredes montañosas que le dan un telón de fondo a este deporte. Solo algunos años después nos encontramos en un lugar obligado para los windserfistas, que junto a los nuevos fanáticos del kite surf disfrutan al extremo de este lugar.
No muy lejos de ahí, Nicolás Meglioli nos tentó con una propuesta difícil de rechazar. Un rafting en el río Jáchal. Acompañando las formas caprichosas características de este río que se abre paso entre planicies y estrechos cañadones de roca, se puede vivir una experiencia que merece ser contada. La actividad es para toda la familia y mezcla diversión con una forma distinta de contemplar el paisaje en constante movimiento.
Sabores y viñedos
El último día de nuestro recorrido nos encontró almorzando en “La Coqueta”, en el Valle de Zonda, junto a sus anfitriones Ariel Paz y Andrea Coria, disfrutando de algunas de sus especialidades a las brasas de leña de algarrobo. No muy lejos de ahí llegamos ala finca “Sierras Azules” donde Arturo Arias nos recibió con unos presentes y nos mostró la bodega y sus viñedos.
Propuestas para todos los gustos
San Juan parece incorporar cada vez más propuestas que involucran actividades para una gran variedad de gustos. Desde el circuito de bodegas entre las que se cuentan “Las Marianas” con un premiado syrah, y la bodega “Merced del Estero” que ostenta el orgullo de su premiado vino Mil Vientos, hasta el circuito de la oliva con “Olivos del Sol” en Pocito y “La salmuera” donde acompañado con una variedad de fiambres degustamos un exquisito aceite de oliva a la sombra de un olivo centenario.
Las actividades de aventura se suman a la propuesta. Incluyen cabalgatas, trekking, recorridos en 4×4, mountain bike, carrovelismo y el cruce de los andes a caballo.
Sin duda, San Juan es un lugar que merece ser visitado, recorrido y disfrutado, donde los sabores y la aventura se fusionan con la calidez de su gente.
+ info
Cristian Wetten – Turismo Activo San Juan
www.turismoactivosanjuan.org
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Tel: 54 0264-6725216
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