Uno de los atractivos que destaca a Santa Rosa de Calamuchita es que se puede disfrutar en todas las épocas del año. Por supuesto, que es distinto el zambullirse en alguna olla por horas a ser un mero espectador desde la costanera bien abrigado, pero siempre habrá tiempo para un mate con pastelitos y una charla ocasional con algún vecino.
Ese es uno de sus secretos, siempre hay movimiento y los turistas -incluso esos que viajan a contra temporada- se mezclan con los locales, que saben de disfrutar y compartir sus costumbres.
Si de compartir se trata, las gastronomía que ha ido desarrollando Calamuchita es ideal. Recetas familiares resguardadas del tiempo, un arte casi secreto en preparar chacinados que llegó del viejo continente y recreaciones gourmet de algún que otro porteño, como Sergio Arcuri que decidió mutar de la ingeniría química a los fuegos, hongos y sarsamoras silvestres del valle en su restó familiar boutique «La Vaquita», han conformado un menú ecléctico y encantador que se vive a pleno en la semana de Sabores Serranos.
Cuando inician las Vacaciones de Invierno para la provincia de Córdoba, comienza el festival gastronómico que invita a disfrutar de sabrosos costillares a las llamas, el famoso cabrito serrano, un exquisito plato de locro, o unas jugosas empanadas. Durante las cuatro noches del 10, 11, 17 y 18 de Julio, expositores regionales, artesanos y microemprendedores se combinan con espectáculos en vivo en el Salón de Usos Múltiples del Municipio. Además, de artistas de reconocimiento nacional como Cuti y Roberto Carabajal, La Callejera, Los Sacha, Alma de Luna, también las academias locales de folclore demuestran la tradición gaucha de la zona.
Pero si su viaje no coincide con el show, poco importa, porque justamente los restoráns de Santa Rosa ofrecen todo el año la posibilidad de degustar su gastronomía y descubrir el vino cordobés, como el que volvieron a producir Ferreyra, tradicional familia gastronómica que regentea «La Pulpería», frente a la histórica Capilla de Santa Rosa de Lima, y «El Parral» con la casera bodega para visitar.
Y aunque las comodidades de los muchos complejos de cabañas no tienten con el calor del hogar o el relax de una enorme piscina climatizada como la de Valle del Sol, el turismo activo al alcance de todos, sin tener que ser un deportista extremo, es una oferta constante para disfrutar del aire de sierra. El trekking a la Cascada es un clásico para disfrutar incluso con chicos porque su dificultad es baja, está demarcado con 10 postas cada 150 metros, que se recorre en algo más de media hora cruzando varias veces el río, y lo más recomendable es llevar una vianda en la mochila para hacer un picnic con la caída de agua de fondo.
Para los que gustan de pedalear, la bicicletería Medina alquila mountain bikes para hacer un tranquilo paseo al Antiguo Calicanto (un acueducto construído por los jesuitas que estuvieron afincados en la estancia que dio nombre a la localidad), se va bordeando el Arroyo Seco (no tan seco) por entre un bosques de olmos, acacios negros, talas y molles. Para los más avezados, se ofrece el Camino Viejo a Yacanto, donde ya se pedalean 36 km, en unas 3 hora, con ascenso de 10 km en ripio y el regreso por la ruta. 
Por supuesto, la opción de una cabalgata siempre es tentadora y no hay quien se niegue a una foto cruzando el río Santa Rosa de a caballo, como usualmente lo hacen todavía varios baqueanos. Y para los que sean de los motores, a metros del Puente de Hierro, ATV Calamuchita realiza paseos turísticos guiados en cuatriciclos, visitando paradores naturales para observar los mejores paisajes de las Sierras Chicas.
En definitiva, importa poco cuándo llegar a Santa Rosa, siempre se econtrará un plan para hacer y otro más quedará pendiente para una próxima visita.
