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Narraciones sibaritas desde Villa Pehuenia

El Festival del Chef Patagónico en Villa Pehuenia y Moquehue ofreció, en su décima edición, un espacio común para disfrutar de la cocina y descubrir el arte culinario del país y la región en la cuna del piñón

El Festival del Chef Patagónico en Villa Pehuenia y Moquehue ofreció, en su décima edición, un espacio común para disfrutar de la cocina y descubrir el arte culinario del país y la región en la cuna del piñón

Juliana López May fue la principal chef invitada

 

 

 

VILLA PEHUENIA.– Es uno de los eventos de cocina más importantes de la Patagonia Argentina, con el objetivo de revalorizar los sabores milenarios de la zona a través de sabores que reflejan un recorrido por la elaboración y degustación de una infinidad de platos, recetas y productos. Hoy, diez años después de su primera edición, es un importante encuentro de intercambio cultural y profesional para cocineros, productores regionales y turistas que quieren degustar y destacar el valor de la cocina y los productos de la Patagonia.

Durante tres días cargados de colores, aromas y grandes chefs invitados que dieron lo mejor de sí para ofrecer una experiencia gourmet única, el festival ofreció en sus distintos espacios comidas rústicas al aire libre, y  stands con productos del lugar como carnes y escabechados, dulces, quesos, cervezas artesanales, vinos, hongos, ahumados, mostazas y miel para degustar allí mismo o para llevar, además de diversas charlas, espectáculos musicales y clases de cocina.

El chef Christophe Krywonis y la cocinera Juliana Lopez May fueron los invitados estrella del festival. Juntos crearon recetas exquisitas con ingredientes de la zona: una  pierna de cordero y unas truchas con piñones dieron la inauguración de los aromas y texturas crujientes que revalorizaron el patrimonio gastronómico durante toda la edición.

En el patio de comidas, deslumbró una vaquillona entera con cuero a la estaca, asada a las brasas durante 24 horas. El día del cierre, en ese mismo espacio hubo un enorme estofado en un disco gigante, con cordero, piñones, panceta de jabalí y chorizos de ciervo, elaborado entre todos los chefs del festival.

El intercambio de preparaciones de antaño con recetas actuales consiguió glorificar, una vez más, el arte gastronómico de la Patagonia, deleitando paladares desde la tierra de los pehuenes.