En la viña del señor se escuchan frases que funcionan como dogmas de fe enológica: «el mejor vino es el que más te gusta» ; «tomalo como quieras».
Sucede que a veces, cuando la temperatura ni la humedad ayudan, es uno el que debe dar una mano al vino para que realmente se aprecie lo que con tanto esmero un enólogo encerró en esa botella.
La mejor forma de servirlos
● Espumosos: de 6 a 8 grados. Sea previsor. Calcule el tiempo y evite que se congele
● Vinos blancos: 8 a 10 grados. Si son dulces, es mejor servirlos lo más fresco posible.
● Vinos rosados: 10 a 12 grados. Ideales además para acompañar una tabla de mariscos. Si van de picnic, los packs de frío son un gran aliado, al igual que envolver las botellas frías en papel de aluminio.
Si lo que se va a servir no es un tinto, enfriar las copas un tiempo antes será un plus.
● Vinos tintos jóvenes: 14 grados. Aquí vamos a hacer una salvedad, pues bien vale aplicar el sentido común o el que canta el termostato exterior. Si usted lee «servir a temperatura ambiente» y weather channel anuncia 35 grados, hay algo de ese ambiente que no va a estar bien. Si quiere ponerle hielo al vaso, hágalo. Pero sino, busque una frappera o algún lugar donde entre la botella, agregue hielo al recipiente y enfríe. Vale tanto para cuando está en su casa o para cuando visite un restaurante.
COPA O VASO: Cuando el vino es parte de un cóctel es preferible servirlo en vasos . Vino solo, mejor en copas. Recuerde siempre agarrar las copas del tallo para no calentar el líquido con la temperatura de las manos.
Cepas de verano
Si de uvas blancas hablamos, sauvignon blanc, semillón y chardonnay, son grandes elecciones.
En cuanto a los varietales tintos, le sientan mejor al paladar También se criollas, pinot noir, merlot y malbec livianos.
Consejo para tener siempre a mano en verano: vinos menos complejos y frescos.