Ubicada, en el Madrid de las Letras, los teatros, la cultura y la gastronomía, emerge una majestuosa Casa Palacio de 1852 que se ha rehabilitado para convertirla en un hotel apto para una estancia memorable. Las 35 habitaciones y suites de CoolRooms Atocha han sido diseñadas de manera personal. Conservan una identidad, pero cada una cuenta con su propia personalidad.Cada habitación transmite serenidad y modernidad, con una iluminación muy cuidada y detalles únicos. La coherencia se ha mantenido para su restaurante y para el aledaño El 34 Bar de Pinchos.
El Pincho es un concepto gastronómico propio, reconocido internacionalmente como seña de identidad española y exportado al mundo como Marca España. Es en sí mismo, un motivo para descubrir, para volver a un lugar reconocible y recordado, por aquellos que nos dieron a comer.
El 34 es la evolución de la gastronomía histórica, de los productos más auténticos e identitarios al alcance de un bocado. Síntesis de las raíces y tradiciones locales, reinventadas por la cocina de vanguardia. Aquí la mejor materia prima se desparrama en delicadas obras de ingeniería culinaria en formato de bolsillo.
Un concepto cool, una forma divertida de degustar platos muy elaborados, en dos bocados. Una regresión a los valores hogareños con la proyección de la modernidad. Producto de calidad y de temporada con materia prima ecológica de proximidad.
Diego Alonso Arias es el chef que lidera las propuestas. Luego de ditribas juveniles, los fogones lo atraparon para ya no soltarlo. Se hizo camino en restaurantes como Midtown, Hotel Opera o Bar Tomate… hasta llegar a ser Jefe de Cocina en CoolRooms Atocha.
– ¿Cómo crear personalidad en un bar de tapas en medio de Madrid?
– Creo que me asentaría en cinco condiciones. Primero dominar y creer en el producto con el que se crea una receta. Luego ser maestro del detalle. Cada pequeña pieza es una joya hecha bocado. Apostar a la creatividad, animarse a jugar con los orígenes y las raíces. Perseguir siempre la mejor versión posible. La excelencia es la meta. Finalmente, crear y mantener la cohesión del equipo de cocina, confiando en sus posibilidades.
– ¿Qué tendencias detecta en esta materia en la ciudad?
– Madrid se ha convertido en una referencia gastronómica mundial. Hay una evolución hacia una cocina de vanguardia, pero cada vez más desenfadada, versátil, y divertida. Regresamos a las recetas de la abuela, al producto de proximidad y sobre todo, a un concepto más fácil, a una forma de comer que te permita probar más cosas, en pequeñas porciones, y diferentes sensaciones.
– ¿Qué tres propuestas de tapas te inspiran en Madrid?
– Las rabas de calamar son muy preciadas por el madrileño de toda la vida. Las patatas bravas son símbolo de la cultura de la caña y el chato de la capital. Los callos madrileños son una tapa que, a pesar de ser presumiblemente de invierno, bien trabajada, con especias a medida y un buen garbanzo, es un manjar para todo el año.
– Dime un menú que exprese el corazón del 34 para cualquier visitante. ARMEME UN MENÚ QUE EXPRESE EL CORAZÓN DEL 34 PARA CUALQUIER – Comenzaría por La Original del 34, nuestra ensaladilla rusa especial de la casa. Luego, las Clásicas de Ibérico, una croqueta de la abuela con todo el sabor del mejor jamón. Seguiría con Las Chulapas de Calamar, calamares a la romana, con un rebozado muy fino y una mayonesa casera. La siguiente alternativa sería La revolución del Torrezno, nuestra versión del típico torrezno: sándwich de papada ibérica a baja temperatura, una reducción de mosto y orejones. Terminaría con La Cremosa del Pasiego, la mejor tarta de queso del país.
– ¿Qué cree que se viene como tendencia en un bar de tapeo?
– El concepto que nosotros llamamos “canalla”, es decir: “cool”. Una forma divertida de degustar platos muy elaborados, en dos bocados. Una regresión al producto, local, reconocido y reconocible en la propuesta o receta, es decir, elaboraciones muy atractivas, pero reconocibles al paladar.