En Seguridad Vial siempre decimos que el viaje debe comenzar cuando subimos al auto y no cuando se llega a destino. Pero la realidad es que comienza antes, planificando paradas para que el descanso, recomendado cada 200 km o 2 horas, nos permita distendernos frente a un arroyo o en la plaza de un pueblo ignoto, óptimas alternativas para reemplazar stops en estaciones de servicio.
Está más que claro que no puede haber más pasajeros que cinturones de seguridad en el vehículo. Esto quiere decir que ni bebés ni niños pueden viajar a upa, por más buena voluntad que exista en esa tía que se sumó al viaje. La Ley Nacional de Tránsito prohíbe que menores de 10 años viajen en los asientos delanteros. Además, los niños deber contar hasta esa edad, , excepto que hayan superado la altura de 1,50 metros, con un sistema de retención infantil (SRI). Mayormente conocemos el huevito para los bebés recién nacidos y las sillitas que se usan hasta los 5 años, pero también están los Booster (asientos elevadores) que utilizan el mismo cinto del auto de tres puntas para sujetar a nenes que ya superen 1 metro de altura sin que la tira les roce el cuello. Para todos estos casos, sin excepción, el lugar de emplazamiento es el asiento trasero, más aun si el vehículo tiene airbag, lo que podría causar lesiones mortales al activarse sobre una sillita colocada en el asiento delantero.
“Es importante ajustar al niño en su SRI, pero es fundamental que el SRI esté sujeto al vehículo firmemente con el cinturón de seguridad para evitar el desplazamiento del mismo ante un impacto. Siempre eso se debe revisar antes de colocar al niño”, destaca Axel Dell’ olio, Técnico en Prevención Vial y Transporte, que a la vez destaca la necesidad de adquirir productos homologados. “Un SRI nacional no tiene actualmente la misma seguridad que uno que tenga homologación internacional (ECE R44/04 en Europa, y FMVSS213 en USA), ya que en el exterior se fabrican bajo estrictas y rigurosas normas, y acá se hacen más o menos como se puede sin requisitos actualizados, sin verificar los materiales ni practicar ensayos dinámicos”.
La inversión valdrá la pena. La imagen es clara: resulta imposible que una mamá pueda sostener un elefante bebe en brazos. “Ante una colisión la fuerza de desaceleración multiplica el peso de un bebe. Según estudios internacionales un impacto a 60 km/h convierte a un niño de 23 kg en una masa de 1.400 kg. No se puede retener este peso sólo con los brazos. Ahí radica la importancia de utilizar debidamente un SRI”, completa Dell’Olio.
Acorde a la estadística de tipos de colisiones laterales, la mejor ubicación para un SRI es en la parte central del asiento trasero, pero dependerá de la configuración de nuestro coche si podemos o no ajustarlo allí. Como mínimo es preciso un cinturón de tres puntos, aunque existen sistemas de fijación más innovadores como el Isofix, pero nuevamente tanto la sillita como el vehículo deben ser compatibles.
Hay que entender que cada vez son más las regulaciones sobre como comportarnos dentro del auto: hace unos 15 años era inimaginable que un policía se fijara si llevábamos o no el cinturón de seguridad puesto, y hasta había margen para discutirle sobre las libertades individuales, pero lo cierto es que desde noviembre del año último hasta está prohibido para los conductores fumar en la Ciudad de Córdoba por la distracción que eso provoca.