El lema «Flower Power» fue usado en los setenta como un símbolo de la ideología de la no violencia. Luego, a principios de los años 2000 un escritor de filosofía llamado Marelin Thornton propuso la idea del poder del interminable fluir del amor. La premisa: “lo que sientes es todo lo que importa, porque todo lo que importa está hecho de lo que sientes.”
En la Ciudad de Buenos Aires, existen lugares donde poder tomar un respiro, aislarse de la prisa diaria, abstraerse en la contemplación y sentir el poder de las flores y el universo que las rodea. Sin embargo, El Rosedal de Palermo, como parte del Parque Tres de Febrero – que lleva por nombre la fecha de la batalla en la que fue derrotado el caudillo apellidado casualmente Rosas-, fue inaugurado muchísimos antes de estas corrientes de pensamiento new age.
A principios del siglo pasado, un acartonado intendente porteño, Joaquín de Anchorena, encargó realizar el paseo al estilo de los amplios jardines franceses, con una gran variedad de rosas, entreveradas por senderos y obras de arte, con el objetivo de llevar a los porteños a sitios más alejados del Centro. Fue inaugurado en 1914 con 15 mil rosales.
Ubicado cerca del cruce de la Avenida del Libertador y Figueroa Alcorta, resguarda también el Jardín de los poetas -que sumó recientemente un busto en honor al escritor Gabriel García Márquez- y las postales más lindas del lago.
El Rosedal suele ser una guarida a cielo abierto para los porteños y para los turistas. Muchas veces es escenario de producciones fotográficas para novias o quinceañeras en el Puente griego, el mismo que Sandro hiciera algo más famoso en una de sus películas (también allá por los ´70). Otras tantas, sus bancos se transforman en salas de lecturas y, resulta una visita ineludible para los turistas japoneses (en gran medida por haber sido ganado en 2012 el «Garden Excellence Award«, premio otorgado por la Federación Mundial de las Sociedades de Rosas).
En julio cuando los jardineros inician la poda necesaria para alcanzar el máximo esplendor en octubre, la recomendación es ir en búsqueda de los esquejes, a partir de los cuales se pueden reproducir nuevas especies. Quizá, ese resurgir sea el indudable poder de las flores.
Para saber algo más de su historia, todos los jueves a las 15 la Ciudad ofrece un recorrido gratuito de 90 minutos, con inscripción previa a través de la página de BA TOURS.