Lo hace con motivo de la conmemoración del 86 aniversario del fallecimiento de Marie Curie, pionera en el campo de la radiactividad. Fue la primera profesora mujer en la Universidad de París y primera persona en recibir dos premios Nobel en distintas especialidades: Física y Química.
Sin embargo, el descubrimiento de los rayos X ha penetrado en áreas tan distantes con la museología y el arte. Desde 1975 el Museo del Prado ha convertido la radiografía en una herramienta indispensable en el estudio de las pinturas y esculturas.
La ciencia revela lo que el ojo no ve y muestra el interior de las obras, aportando una información de gran valor tanto de la fabricación de los soportes, las modificaciones durante el proceso pictórico y hasta devela los procedimientos empleados por los artistas.
La primera obra analizada con esta técnica fue El Descendimiento de Rogier van der Weyden, de la que se pudo descubrir que está integrada por 11 tableros verticales de madera de roble unidos con espigas en las juntas, una tipología propia de la escuela flamenca del siglo XV.