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La esquina que vuelve a brillar en Recoleta

Reabre el histórico Palacio Basavilbaso del Club Sirio Libanés. Entrevista a Satiago Chittaro, futuro chef a cargo.

Algunas esquinas de Buenos Aires tienen ese algo. Ese magnetismo que hace que uno baje el ritmo, levante la vista y, por un momento, se detenga.

En la esquina de Ayacucho y Pacheco de Melo, el pasado y presente convivirán con elegancia y nueva fuerza: el Palacio del Club Sirio Libanés reabrirá muy pronto sus puertas, restaurado y reimaginado, pero con el mismo espíritu que lo convirtió en un ícono porteño.

La reapertura de este Petit Hotel, joya arquitectónica de 1923, obra de Alejandro Virasoro, no será un simple regreso: es una declaración de amor al patrimonio y una apuesta por el futuro. Tras años de puertas cerradas, el Palacio resurge con una propuesta que fusiona cultura y gastronomía de alto vuelo.

 

 

 

El encargado de esta nueva etapa es el chef Santiago Chittaro, que en diálogo con el programa Huéspedes por EcoMedios, contó que el objetivo es “rescatar la belleza del lugar, pero también hacerlo vibrar de nuevo, con propuestas que convoquen tanto a turistas como a los vecinos”.

Un recorrido por el nuevo Palacio

Al ingresar por la planta baja, se encuentrará una encantadora casa de té que remite al glamour de principios del siglo XX. Allí, entre vajilla de porcelana y aromas de café de especialidad, se van a servir infusiones premium y una selección de pastelería que invita a quedarse largo rato.

Subiendo al primer piso, la escena cambia. El ambiente se vuelve más íntimo, con luces bajas y música jazz envolviendo todo. Allí estará el bar de coctelería, inspirado en los años dorados del Art Deco, donde encontrarán tragos de autor en un entorno digno de Gatsby.

En el segundo nivel, el restaurante de alta cocina es el corazón de la experiencia. Chittaro y su equipo diseñaron un menú que dialoga con la historia del lugar: platos sofisticados con guiños a sabores del Medio Oriente y técnicas contemporáneas, servidos en un salón donde cada detalle —desde la iluminación hasta los manteles— estará pensado para elevar el momento.

A su lado, un refinado salón de eventos espera convertirse en escenario de celebraciones y encuentros memorables.

Pero lo mejor tal vez esté en lo más alto. La terraza —una joya verde con jardines de inspiración francesa, esculturas iluminadas y gazebos— se transformó en un rooftop bar que promete convertirse en uno de los secretos mejor guardados de la ciudad. Allí, bajo las estrellas de Buenos Aires, se servirán tragos exclusivos en un entorno que parece sacado de una película.

Patrimonio con presente

La restauración fue profunda y respetuosa: se conservaron molduras, vitrales, mármoles y maderas nobles, mientras se incorporó tecnología de última generación en climatización, iluminación y servicios. El resultado es un espacio que honra su pasado sin quedarse en él.

Más allá de su valor arquitectónico, el Palacio tiene un profundo significado para la comunidad sirio-libanesa, que lo considera un símbolo de identidad y encuentro. Esta reapertura busca también revalorizar ese legado, abriendo sus puertas a toda la ciudad.

“La idea es que todos se sientan bienvenidos, que vengan a tomar un café, a celebrar algo importante o simplemente a conocer un pedacito de historia viva”, concluyó Chittaro.

Una esquina de Buenos Aires que vuelve a tener luz propia. Y que nos invita, una vez más, a mirar hacia arriba.