LOS ROQUES.– Su encanto natural está lejos del ruido y el consumo de los típicos resorts caribeños. Aquí la riqueza submarina se balancea con el paisaje de sus playas y con la belleza de las islas.
Con un vuelo directo de 7 horas desde Buenos Aires se arriba al aeropuerto de Caracas, y desde ahí mismo, se puede ir por la aerolínea turística Aerotuy (una de las opciones), para llegar en 40 minutos al archipiélago. Los Roques se vislumbra tal cual se ve en las fotos: las barreras de coral, los arrecifes y las distintas tonalidades de azules hacen una vista increíble y nada más importa. Se está por aterrizar en el edén. Es que el archipiélago –declarado Parque Nacional en 1972- se transformó en un destino por demás interesante, ya que su particular flora, fauna y geografía ofrece actividades para públicos heterogéneos. Buceo, pesca, kitesurfing, windsurfing, camping, paseos en catamarán y avistaje de aves se suman a la lista de actividades en donde el foco está puesto en vivir experiencias naturales y en la posibilidad de enamorarse de sus postales.
En el trópico, el sol es fuerte todo el año y el clima árido. El Mar transparente, las playas de arena coralina, la fauna marina multicolor, los días cálidos y las noches tibias hacen un mix ideal para deleitarse en estás más de 50 islas y cayos situados en el medio del mar. Es aconsejable contratar o llevar un equipo de snorkel porque, a pocos metros de la playa, se pueden comenzar a ver peces y estrellas de mar y, a mayor profundidad, hermosas especies marinas, incluyendo tortugas y delfines. El regreso hacia El Gran Roque suele ser alrededor de las 17 horas, ya que a las 18 comienza a oscurecer. Las noches calmas y silenciosas convencen a los visitantes de que la mejor forma de terminar el día es observando el cielo estrellado desde alguna terraza. Sin que los pies pierdan contacto con la arena, a partir de las 7.30 PM, llega la hora de la cena, y luego la atmósfera invita a seguir la noche en alguno de los barcitos con mucha onda, tragos exquisitos y música caribeña.
Además de familias y parejas de luna de miel, son muchos amantes y curiosos de la vida submarina quienes eligen Los Roques para practicar deportes acuáticos. Los vientos soplan durante gran parte del año y el conjunto de islas está a su vez protegido por dos grandes barreras de coral, lo que mantiene sus aguas calmas y en condiciones ideales para estas actividades. Así, profesionales, aficionados al buceo y al snorkel califican a Los Roques, y a sus múltiples arrecifes de coral, como uno de los mayores paraísos terrenales. Porque si bien los grandes tesoros están en el agua, el sistema de alojamiento, conformado en su gran mayoría por simpáticas y confortables posadas, convive en perfecta sintonía con el estilo y las necesidades de las islas. Las posada Vista al mar, como su nombre lo pronuncia, regala cada día atardeceres que nunca se olvidarán.
Aerotuy brinda paquetes que incluyen el ticket aéreo y varias opciones para alojarse con comidas buffet incluidas. Las ofertas hoteleras suelen ofrecer el servicio de “cava” o heladeritas donde se lleva el almuerzo y las bebidas a la playa. Los pescados y mariscos, los jugos naturales y el arroz son la base de la alimentación. La oferta gastronómica es muy sabrosa: empanadas de cazón, pescados fritos, recetas con mariscos de toda índole forman parte del menú diario de los restaurantes locales, aunque para el almuerzo las langostas son el manjar ineludible a orillas del agua.
Vale la pena aclarar que otra opción de alojamiento es pasar unas noches en un velero e incluso en campings, pero en condiciones ultra naturales, bastante alejado del confort de la civilización. Los paisajes solitarios del pequeño cayo Rasquí o del lejano Cayo Carenero los convierte prácticamente en islas privadas, algo así como el sueño hecho realidad de quienes anhelan la máxima tranquilidad.
Claro está que este sitio es elegido por quienes valoran la paz en su mayor expresión y buscan abstraerse del ruido. Playas solitarias y aguas verdes forman un parque natural inigualable, fotografiado hasta el hartazgo por cada visitante que ha puesto allí sus pies. El itinerario se complementa con las tranquilas caminatas por el pueblo de la isla Gran Roque, sus diversas especies de vegetación y un faro colonial que suma un aire romántico más a la escena.
Excursiones a bordo
Para recorrer las islas hay que navegar hasta Cayo de Agua, Francisquí o Madrisquí, entre muchos otros, donde se puede vivir miles de experiencias sumergidos en el mar. Kayak, botes, catamaranes y veleros navegan las aguas multicolores donde la fauna cobra una vida extraordinaria en su rico mar. Cerca de 280 especies de peces, 200 de crustáceos y 60 de corales hacen de sus aguas un vergel marino, que se completa con mantarrayas, ballenas y tortugas, además de numerosas aves migratorias. Este lugar es una de los puntos para los amantes del buceo y hay opciones tanto para principiantes como para expertos. Los sitios donde suele practicarse son Nordisky, Boca del Medio, Boca de Cote y Cayo Sal. Entre otros tesoros, los buceadores pueden encontrar corales de diversa consistencia, esponjas de colores, erizos, además de todo tipo de crustáceos y moluscos. Los Roques también es un lugar ideal para la pesca, tanto la tradicional como la versión con mosca.
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