Con un movimiento cultural muy importante, Belo se destaca por la gran cantidad de museos y edificios con un gran valor arquitectónico. Es aquí donde Oscar Niemeyer inició su trabajo urbanístico con el diseño del complejo de la Pampulha, creando edificios hoy emblemáticos del Brasil como la Iglesia de San Francisco o la Casa de Baile.
En la Plaza de la Libertad se concentró hasta 2010 el poder político de la que es la capital del estado de Minas Gerais, pero la reconversión a Ciudad Cultural es un éxito tanto para los locales como turistas, gracias a las salas y muestras de arte moderno de alto nivel: en estos días se expone la obra de Kandinsky en el Centro Cultural del Banco de Brasil, otrora, la Secretaría de Seguridad.
Con un clima agradable durante todo el año, las plazas siguen siendo en la ciudad el punto de encuentro y no sorprende ver a jóvenes compartiendo un banco, no con el celular en la manos, sino inmersos en la lectura de un libro, al tiempo que pasan otros haciendo footing.
Pero para quienes deseen algo más de turismo activo, a sólo una hora de Belo Horizonte se encuentra Serra do Cipó, un pequeño poblado repleto de posadas, que es la puerta de acceso al Parque Nacional con la posibilida de realizar trekking, cabalgatas o travesías en mountain bike hasta algunas de sus más de 100 cascadas. En tanto, el Morro da Pedreira, un macizo calcáreo con paredes de más de 120 metros y maravillosas grutas que ingresan al corazón de mármol del gigante, es visitado por deportistas de todo Brasil para enfrentar algunas de sus 360 vías de escalada. Sin embargo, los que no tienen ninguna experiencia también pueden iniciarse con clases y equipo, desde R$40 reales por cuatro horas de práctica.
Nuevamente en la Ciudad de Belo Horizonte, los fanáticos del fútbol no pueden dejar de visitar el Museo del Estadio Mineirão y vibrar en las tribunas junto a la torcida cuando juega el Cruzeiro. El estadio fue completamente renovado para la Copa del Mundo de 2014 y en visitas guiadas se pueden conocer los secretos de la reconstrucción y desarrollos de sustentables que tiene este emblema del deporte mineiro.
Como hicieron miles de hinchas durante el Mundial, cualquier noche de la semana puede comenzar con varias rondas de cerveza y petiscos en los bares de Plaza Savassi. La peatonal es invadida por mesas, ya que los bares casi no cuentan con salones. La gente se ubica en ese laberinto de sillas y mesas, sin importar mucho qué mozo los atienda, lo que sí queda claro es que cada vez que se vacíe una botella, de inmediato habrá otra helada, es que los tickets para llevar la cuenta tienen hasta 50 cuadraditos para las cervezas.
