Desde el año 2000 se celebra cada 11 de Mayo el Día de los Parques y Reservas Naturales Bonaerenses en conmemoración a la fundación del primer parque provincial, el Ernesto Torquinst, que protege el Cerro Ventana ícono de la localidades turísticas de Sierras de la Ventana y Villa Ventana.
Pero más allá de los paisajes serranos, también hay diversas áreas protegidas de humedales, a pocos kilómetros de la Ciudad, que actúan como refugios para la biodiversidad brindando alimento y hábitat para aves y pequeños mamíferos. Incluso, son los que pueden atenuar los efectos frente a las inundaciones.
Entre las reservas del Conurbano hay una que destaca por su pasado de basural. En el corazón de la zona sur, en 2004 el relleno sanitario municipal de Avellaneda en Domínico ya no tenía espacio para sumar más basura. Se cerró y se decidió convertirlo en un bioparque de más de 400 hectáreas.
En el Complejo Ambiental Villa Domínico, gestionado por el CEAMSE, no sólo se plantaron árboles y arbustos con flores nativas que ganaron el paisaje, sepultando 47 millones de toneladas de basura enterrados desde 1977, sino que esto atrajo a más de 220 especies de aves.
Más allá del verde que se puede admirar desde distintas pasarelas de troncos, también hay un vivero con laboratorio de cultivo in vitro, donde «fábrican» los autóctonos ombusillo, orquídeas y sauces criollos; a la lenta transformación natural el hombre le da una mano con una planta de tratamiento del líquido procedente de los residuos y otra planta de la que se obtiene biogás.
La reserva natural del CEAMSE es una muestra esperanzadora de que lo que tanto hemos dañado aún se puede transformar con verdadero compromiso ambiental.