En medio del confinamiento y la desesperanza, las cadenas de favores encienden luces y sonrisas en la vida de algunas personas, a pesar del coronavirus.
Ricardo Fernández Nuñez se ha transformado por estos días, en el padrino de un grupo de argentinos que volarán desde Kiev (capital de Ucrania) a Madrid para ser repatriados. Y como la solidaridad se multiplica, la acción permitirá que nueve parejas viajen desde Buenos Aires hacia Europa del Este para conocer a sus hijos de vientres subrogados.
Este empresario vitivinícola cordobés nacido en Villa María y propietario de Vinos de La Luz, financió el vuelo que utilizarán 24 argentinos para llegar desde la capital ucraniana a Madrid, donde conectarán con otro de Aerolíneas Argentinas para llegar a nuestro país.
Ese mismo avión privado, aguardará la llegada de nueve parejas argentinas que partirán el 28 de mayo desde Buenos Aires, para conocer a sus hijos nacidos o por nacer.
Luz que aclara y no oscurece
En marzo, la cuarentena sorprendió al bodeguero en la ciudad de Kiev, la capital ucraniana. Allí pasó a ser parte de ese conjunto de varados en el mundo, lejos del suelo argento.
En ese entonces, Fernández Nuñez supo que ocho argentinos que se encontraban de viaje por la ciudad de Wuhan (China) -foco inicial de los contagios- habían sido evacuados preventivamente en Ucrania, sorprendidos también por la irrupción de la pandemia.
De inmediato, tomó contacto con la Cancillería argentina en ese país y decidió prestar su apoyo para que sean trasladados. Gracias a su intervención, pudieron llegar a Madrid en un vuelo de la aerolínea Ukranian International Airlines.
Pero ese no era el final del cuento, sino más bien el principio de la aventura. Hasta Ricardo llegó un matrimonio residente en la ciudad natal del bodeguero. La pareja cordobesa había viajado hasta Kiev para conocer a su hija Sofía, a la que habían concebido por sustitución de vientre.
Los cordobeses María Pía Rodríguez y Alejandro Russatti también habían sido víctima de este huracán llamado COVID-19 y necesitaban volver junto a otros 22 argentinos más que se encontraban en Kiev. Otra vez Ricardo, estaba dispuesto a usar su «varita mágica».
Camino de luz
El objetivo esta vez era lograr que los argentinos varados pudieran llegar a alguna de las ciudades europeas donde Aerolíneas Argentinas cuenta con vuelos de repatriación, y así regresar al país.
La decisión estaba tomada. Fernández Nuñez solventaría, los gastos de esta nueva misión, y así lo comunicó a representantes de la Cámara de Diputados de la Nación y de la Cancillería Argentina.
Un vuelo privado trasladaría desde Kiev hasta Madrid a todo ese grupo de argentinos que estaban a punto de dejar de ser un poquito menos varados.
La luz de la vida
Re truco, le cantaron los miembros consulares al empresario y le propusieron ampliar el alcance de su iniciativa: que en el mismo avión privado regrese a Ucrania con un grupo de padres argentinos para encontrarse con sus hijos recién nacidos o por nacer, gestados también por subrogación de vientre. Trato hecho.
El final de esta solidaria historia será el próximo 28 de mayo cuando las nueve parejas se encuentren con destino a Madrid en un vuelo de Aerolíneas Argentinas. Barajas los conectará con ese charter privado que gracias al empresario les permitirá continuar hacia Ucrania para sentirse más padres aún.
Mientras tanto, las otras almas suspirarán cuando el capitán de Aerolíneas les de la «bienvenida a bordo» en la ruta que los una con la querida Argentina. Seguramente, en los aplausos del aterrizaje se colará el agradecimiento a este empresario solidario. El vino une, y también ayuda.