Antes de partir de cualquier ciudad de España, hay que volver a Madrid y permitrse resaborear las experiencias. Una nueva propuesta de stopover en la ciudad idea de Iberia permite subirse a algunas experiencias. Hablando de reinvenciones que no se pueden perder, una de ellas se encuentra disponible en esa opción. Se trata de Meliá Palacio de los Duques (https://www.melia.com/es/hoteles/espana/madrid/gran-melia-palacio-de-los-duques/restaurantes.htm) es del siglo XIX. Cuenta con una ubicación privilegiada en el Madrid de los Austrias, al lado del Palacio Real, el Teatro Real y la Catedral de la Almudena. Las obras «2 de mayo en Madrid» de Goya y «Las Meninas» de Velázquez, fueron fuente de inspiración en el diseño del hotel y elemento conductor de todas sus estancias.
Tras su fachada isabelina, conjuga el esplendor de otros tiempos con una delicada sensibilidad contemporánea. Ubicado sobre el que fuera el Convento más importante de Europa del siglo XIII, el de Santo Domingo, mantiene el carácter y la elegancia de la estructura original de la residencia de los Duques de Granada de Ega, así como un espectacular jardín histórico.
Belleza de suspiros
La inteligencia supera cualquier otra condición. Si el arquitecto Álvaro Sans hubiera tomado este edificio construido en el siglo XIX y situado en el centro histórico de la ciudad y hubiera trabajado, tal como hizo, los finos detalles l originales, como su fachada isabelina, la escalera central de hierro forjado y madera, el pequeño gabinete del duque y el claustro con bóveda acristalada que hoy cobija el vestíbulo; pero el carácter del hotel Gran Meliá Palacio de los Duques hubiera quedado en el gran diseño y la preciosa arquitectur, el fiasco hubiera sido el resultado.
El antiguo palacio de los Duques de Granada de Ega ubicado sobre el que fuera el Convento más importante de Europa del siglo XIII, el de Santo Domingo, se ha mantenido en su estructura original y con un estilo clásico y señorial, que entona a la perfección con el Palacio y el Teatro Real que se encuentran en los alrededores. Es el sitio ideal desde el que partir una mirada sobre la Madrid más clásica. Se trata de un distrito agradables, con una atmósfera relajada, hermosos edificios y abundantes árboles y flores. Pero también a sólo 2 minutos de la Gran Vía, la arteria más famosa de la ciudad.
Hay un trabajo de orfebrería logrado en la restauración. En muchos rincones parece que aquello que su luce, estuvo siempre allí. La multiplicidad de espacios abochorna: parecería esconderse siempre uno más detrás de un biombo.