Hacer un break bañado de historia, sin perder raíces pero encontrando la profunda vanguardia, se esconde detrás de una fachada cuidad. El señorial edificio tiene 104 años. Surgió de la inspiración del arquitecto José María Mendoza Ussía. Cobijó en sus origenes a la antigua compañía vizcaína Papelera Española. Los nuevos propietarios se deleitaron en los herrajes y las molduras. Amaron esos ventanales de vidrios repartidos con formas redondeadas, como con cierto respeto por el feng shui.
En un juego magistral de recuperación arquitectónica de una pieza histórica y la suma de un jugado interiorismo sofisticado y actual, Urso Hotel & Spa transita hacia un nuevo escenario entre los céntricos barrios de Chamberí, Tribunal y Chueca.
Lograr esa armonía de raíz y futuro requirió de una restauración sabia, que ha convocado al arquitecto mallorquín Antonio Obrador, con experiencia en previas obras hoteleras, como la hecha en Cap Rocat de Mallorca. En su labor se lucen algunas piezas originales del edificio como su exquisito patio central o las ventanas luminosas que se abren como grandes ojos a mirar el paisaje circundante. Pero hay más. También se mantienen los azulejos que enriquecen la fachada, los pisos de mármol que remiten a pasos de otro tiempo y paredes recubiertas de mandera.
El vestigio de lo nuevo
Este antiguo palacio que integra el carácter señorial de la arquitectura burguesa del Madrid del siglo XX, con la modernidad y el confort de un hotel de lujo actual, no se ha quedado sólo en prestigiar los ancestros. También se ha zambullido en la estética neoclásica del palacio con sus torreones, los chaflanes de esquina o los clásicos miradores que soportan el balcón noble, para dotarla de cierto aire neoyorquino con alturas amplias, estancias espaciosas, mobiliario fiel y multifascético que trasciende las eras. El blanco níveo de las paredes permite el lucimiento de las fotografías antiguas de la ciudad. De pronto aparecen luces inesperadas, escaleras con peldaños de vidrio, paredes verdes y barras cosmopilitas.
Su historia no se ha perdido. También se respira en los espacios interiores, con elementos de entonces en sitios como la biblioteca. Una de las joyas imperdibles es el dúo de suites terraza que se guarecen en el ático y disponen de un salón independiente, un cómodo dormitorio en tonos cálidos y un exclusivo cuarto de baño en mármol. Su enorme terraza privada cuenta con zona de estar y zona de comedor, ideal para relajarse y disfrutar del cielo de Madrid durante el desayuno, en una velada íntima o en una celebración o evento privado al aire libre.
Toda una ración
Spa con las mejores alternativas para premiarse y opciones gastronómicas para disfrutar en toda época del año. Se destaca el restaurante Media Ración by Cuenllas con productos de calidad, la cocina de mercado y las recetas de toda la vida que cobran protagonismo en esta versión contemporánea del mítico bistrot madrileño Cuenllas.
Un restaurante de estilo elegante y desenfadado, que reinterpreta la tradición y los sabores de siempre en platos de media ración, con la idea de compartir y disfrutar del momento tanto en la barra, como en su pequeño comedor.
Una exclusiva carta que cuenta con algunos de los mejores vinos y champanes del mundo completan esta experiencia gastronómica abierta al público en general.
Un secreto bien guardado para viajeros inquietos queda apenas a unos pasos del Urso. El Museo del Romanticismo se aloja en una casa convertida en museo con una colección que destaca por su riqueza y heterogeneidad albergando más de 16.000 piezas de pintura, dibujo, estampa, escultura, mobiliario, fotografía, etc. Además, cuenta con un archivo histórico de más de 4.000 fondos documentales que permiten conocer aspectos de una sociedad española en la época del Romanticismo, entre 1833 y 1868.
Una buena página la que ha abierto este proyecto entre las antiguas que le antecedieron.