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El legado de un sueño

Así se titula el libro que Altos del Arapey Club de Golf & Hotel Termal lanzó por sus 10 años de vida

Situado en las Termas del Arapey, en el departamento uruguayo de Salto, este resort cinco estrellas y All Inclusive plasma su década en el libro «El Legado de un sueño» que recorre la historia del lugar gracias al aporte del Gerente Comercial del establecimiento, Andrés Fernández.

Los 10 años de Altos del Arapey Club de Golf & Hotel Termal deben retrotraerse en el tiempo, para darle contexto al único resort de Uruguay en conjugar termas, campo de golf, spa en un entorno exclusivo.

Se inauguró el 27 de setiembre de 2013 en el festejo del Día Mundial del Turismo, un hito para ese entonces también en la historia de Uruguay.

 

 

 

Hacia fines de los ‘80, la localidad ya vivía del turismo pues se había crea el centro poblado en Termas del Arapey. Pero la oferta era camping, moteles y bungalós municipales.

Allí “vivían quienes trabajaban en las termas y algunos comerciantes; en total unas 100 personas”, cuenta Pablo Arieta, miembro fundador y primer presidente de la Liga de Turismo del lugar.

Un intrépido empresario- Jorge Tomás Bartesaghi-quiso transformar la zona en un destino turístico de lujo. Y se arriesgó tanto que la localidad de Arapey pasó de ser una zona rural, con escasas construcciones, a un centro turístico vibrante.

Los alojamientos tenían una ocupación del 100%, había que reservar dos meses antes para conseguir lugar. Con eso y con un estudio que decía que en un radio de 600 km. había 40 millones de personas, el viejo se tiró al aguaJorge Pablo Bartesaghi (hijo)

Hacia los Altos

Había una idea más ambiciosa: instalar un hotel cinco estrellas all inclusive, que tuviera cancha de golf de 18 hoyos y un pozo termal propio. Con las instalaciones listas, la inauguración tomó forma con un Torneo Internacional Abierto que se celebró en mayo de 2011.

En aquel momento, el único pozo termal que existía en Arapey era de la década de 1940. Bartesaghi quería su propio pozo de agua ya que entendía la importancia de manejar y controlar el principal recurso del emprendimiento.

La obra tomó unos seis meses de trabajo y una profundidad de 955 metros, hasta que se decidió que el caudal de 150 mil litros por hora y una temperatura cercana a los 40°C era suficiente para abastecer las necesidades del hotel. En mayo de 2011 el agua “alumbró” por segunda vez la historia de Arapey.

Con Miguel Bono como responsable del proyecto se avanzó en la construcción del hotel, que tomó dos años y el empleo de unos 300 trabajadores de Arapey y de los pueblos de Belén y Constitución.

Su apertura generó cientos de puestos de trabajo y logró captar un turismo más exigente en términos de calidad, con estadías más largas.

La última etapa de la construcción se dio sobre 2019. Se trató de la capilla testigo de muchísimos matrimonios y se convirtió en un lugar especial para todos los visitantes.

Piedra libre

En las primeras horas del 6 de enero de 1941, el grito de un puñado de hombres -que trabajaban en la perforación de un pozo en búsqueda de petróleo- rompió el silencio profundo que envolvía a la pequeña localidad de Arapey, ubicada a 80 kilómetros al norte de la ciudad de Salto, en Uruguay.

“¡Petróleo, petróleo!”, exclamaron bajo la lluvia de un líquido oscuro que emergía con fuerza de la tierra, formando una columna de varios metros de altura.

Pero la emoción duró poco. Pasados unos minutos, el líquido comenzó a aclararse hasta ser casi transparente: el petróleo se había convertido en agua, y en una muy caliente