Plaza de España, Real Alcázar, Catedral, Barrio Santa Cruz, Casa de Pilatos, Iglesia del Salvador, Parque María Luisa, Plaza de Toros Maestranza, Palacio de Lebrija… Tanto que ver tiene Sevilla… Los ojos no paran y se deslumbran. Como mirando directo al sol, la riqueza de la ciudad es difícil de apreciar. Hay tanto que los recorridos pequeños son tan exquisitos como los supremos. Dejarse andar por las callejuelas puede ser la mejor manera de descubrir las joyas escondidas.
Con tanta historia y rica arquitectura, una base sólida de Sevilla es esencial para comprender y apreciar verdaderamente esta ciudad. Un recorrido que comprenda un paseo por el distrito de Santa Cruz, el antiguo barrio judío que es un laberinto de calles estrechas, puertas de hierro forjado y patios internos con fuentes típicas y plantas en macetas, puede ser un buen modelo para trasladar al resto de la visita. Esa es la manera de dejarse seducir por las pequeñas grandilocuentes bellezas que se topan a cada paso
Y es así, dejándose llevar por las bocacalles y callejuelas sin salidas, flores que como cascadas bañan los balcones, se esconden casas tradcionales que han sido palacios o dependencias reales devenidas en casas particulares. Justo en el centro de Sevilla, a pocos pasos del Palacio de Dueñas y el Puente de Triana, estas Casas de Comidas ofrecen cocina de mercado y kilómetro cero que dan forma a tapas y platos.
Con calma y abanico
Se trata de uno de los primeros restaurantes Slow Food de Sevilla, donde la selección y producto forman parte de las premisas de su cocina.
En sus Casas de Comidas creen que la mejor receta es la pasión y el maridaje perfecto, trabajar con detalle en sus fuegos y en su sala. Al mando, Gonzalo Villalba, el cocinero y responsable de los «qué ricos» que se presentan al probar sus bocados. Y Albert Granados, es quien se encarga de que siempre se salgaa de aquí con una sonrisa.
En Catalina Casa de Comidas y Más ofrecen, cocina de mercado y KM.0, donde se puede disfrutar de la experiencia de comer en un mercado. Dejarse llevar por el expositor con los productos más frescos, eligir el que más guste y en la cocina se encargarán de llevar a la mesa el mejor sabor.
Catalina es la última incorporación a la familia. La hermana pequeña de Catalina Casa de Comidas es un local fresco y urbano situado junto al Puente de Triana, la Plaza de Toros de La Maestranza o el magistral Teatro Lope de Vega.
Al igual que su hermana a mayor su cocina es de mercado y KM.0. la selección y el producto forman parte de las premisas de su cocina. Su carta, trae sugerencias propias de esta Casa de Comidas.
El plan perfecto es vivir sus terrazas: en primavera, lo mejor es dejarse llevar por el bullicio de una de las calles más animadas del centro y cuando el clima es más fresco lo mejor es que se siga sintiendo parte de la cuidad tras su gran ventanal interior.
Un ajetreo con garbo y sabor.