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KM0 en Comodoro

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De la mano del chef Pablo Soto,  abrió sus puertas un restaurante que invita a vivir una experiencia sensorial, busca resaltar la riquezas del mar patagónico e indaga en su misión sustentable. 

Inauguró Molle Verde, ubicado en Castro Barros 122- Km 3, de la ciudad de Comodoro Rivadavia, abrió sus puertas impulsado Pablo Soto, el chef que llevó los sabores de Comodoro por el mundo y que hace unos años comenzó a pensar la identidad gastronómica de la región, junto a un escuadrón de profesionales. 

En palabras de su creador, Pablo Soto: «Molle Verde surge con la idea de generar una gastronomía de entorno para visibilizar la ciudad de Comodoro Rivadavia a través de sus productos y sus productores, y llevar a la mesa el producto más fresco que tenemos. Queremos que los que nos visiten se vayan con la sensación de que vivieron una experiencia para recordar en un ambiente íntimo y relajado”

 

 

 

El Espacio
El restaurante se ubica en la categoría “gastronomía de entorno”, y es una invitación a un mundo de sabores gourmet con productos e ingredientes bien patagónicos. Su propuesta se presenta en cinco pasos, que proponen un viaje por la región. 

Molle Verde, nace en una casona que evoca el pasado de la actividad que realizó la petrolera estatal YPF en la ciudad de Comodoro. Cuenta con un total de 27 cubiertos, divididos entre mesas y lugares en barra, allí siete comensales pueden degustar cada uno de los pasos interactuando con el chef Pablo Soto, quien desde hace más de 10 años predica la nueva tendencia mundial: volver al origen, y se ha dedicado a transmitir al mundo, el valor de la identidad patagónica, pregonando las riquezas que ofrece el mar, en cada plato que elabora. 

Una misión sustentable
El Schynus Polygamus es comúnmente conocido como molle patagónico, un arbusto perenne con hojas pequeñas y duras, que al estrujarlas desprenden un agradable aroma y aceite esencial.

Pero ni sus virtudes medicinales ni sus ramas espinosas, han evitado que hoy esta especie autóctona esté en peligro de extinción. Por eso, no sólo el nombre del restaurante evoca el deseo de verlo siempre verde, sino que además, su equipo colabora con la ONG ReforestArg que trabaja en su recuperación.