Hoteles New York

Ser chic desde adentro

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Radicado en el corazón de Tribeca, el Four Seasons New York Downtow permite vivir como un neoyorquino luxury.

No se puede ser más chic en la ciudad que escondiéndose en el corazón de Tribeca, rodeado de las calles arboladas de West Village. Allí el Four Seasons Hotel New York Downtown está a pasos del World Trade Center, los restaurantes más elegantes (entre ellos el famoso Tribeca Grill de Robert de Niro) y las tiendas del SoHo; los audaces rascacielos de Wall Street y el paseo marítimo, de hecho el Puente de Brooklyn está a solo unas cuadras.

También conocido como 30 Park Place, este sitio ocupa los primeros 24 pisos de uno de los rascacielos más altos de la ciudad, con un total de 84. La arquitectura de Robert AM Stern e interiores de Yabu Pushelberg proponen una visión personal y acogedora para una idea conceptual de las más lujosas de la ciudad. Sin contar con el restaurante Wolfgang Puck y un spa para perder el aire (o recuperarla…). Reina un lujo sereno y armonioso, con una mirada contemporánea que emite toques chick en todo su esplendor, siempre asentado en un concepto resiencial que sigue el estilo de los departamentoe que se encuentran en los pisos superiores. Se han esmerado en proponer texturas exquisitas que conjugan impecablemente: madera cálida de nogal, mármol italiano…

Llegar hasta allí sigue siendo sencillo. Hace más de 25 años United vuela sin escalas a diario a Houston al Aeropuerto Intercontinental George Bush, donde, además, cuenta con una terminal exclusiva: la B Sur Concourse.

 

 

 

Emanar sofisticación

Las vistas panorámicas de la ciudad y el puerto pueden esperar, mientras uno se detiene en la recepción. Apenas abandonarla para ir hacia los ascensores hay que dejarse seducir por la ‘Cascada’ de Studio Sawada, una escultura reluciente en tonos oro, negro y espejo que cuelga sobre la escalera inspirada en Mondrian. Imposible resistirse a instagramear.

El conjunto es diverso, inspirador y vibrante: donde el arte se encuentra con la arquitectura en el corazón de TriBeCa, está a unos pasos de los barrios más auténticos de la ciudad. Descubrir el histórico Seaport District y North Cove Marina, donde el agua ofrece las mejores vistas de la ciudad de Nueva York. Cuando cae la noche, el Meatpacking District y el Lower East Side cobran vida. Un nuevo tipo de elegancia urbana espera al volver. 

Batman no podría resistirse a abandonar su lujo si conociera la Gotham Suite con terraza. Se puede pedir algo más en Nueva York? Dos pisos propios que suman 67 m2 y una terraza privada al aire libre. Espaciosas y llenas de luz natural desde las ventanas de gran tamaño que dan al vecindario circundante, estas suites ofrecen un amplio espacio, con una vida de local adineado en la codiciada terraza y con vistas de los sitios emblemáticos de la ciudad de Nueva York.
Los diseños de Pushelberg pueblan los cuartos con una paleta suave y relajante: gris, pardo y azul pálido. Además de las célebres camas Four Seasons con cabeceras de cuero.

La piscina de nácar es otro sitio para perderse. Con ventanas de piso a techo es un oasis urbano. Es spa es uno de los preferidos de la ciudad.
Un dato insoslayable: quedarse en la suite puede ser una buena idea. Apenas unos clicks después en el iPad de la habitación, un menú del chef Shaun Acosta se luce tanto como en un restaurante, con propuestas exóticas: caviar o los tallarines a la boloñesa que se terminan de preparar frente al comensal. No se puede partir sin probar un clásico: los famosos panqueques de ricota de limón.

Unpacking list

Aquello que se lleva consigo es lo que definen un viaje. Son las experiencias  y los recuerdos lo que vuelve a casa y dura más que lo que carga el equipaje. El residente de la zona y gerente general del hotel, Thomas Carreras, sugiere las alternativas que más aprecia en el centro de Nueva York. 

El sonido icónico de la ciudad de Nueva York es el jazz, y es difícil vencer a Blue Note en Greenwich Village, el mejor club para cualquier aficionado al jazz. Es un buen momento en cualquier noche de la semana, con deliciosos aperitivos, entradas para la cena e incluso un menú nocturno. Es una buena idea pedir los crujientes rollitos de primavera, una cerveza fría y desconectar del día con buena música.

La mejor manera de ver Manhattan es desde el agua, y estar parando en la punta de Manhattan significa estar rodeados de agua en todas las direcciones. La sugerencia es ir a North Cove Marina, que ofrece múltiples opciones de navegación en diferentes embarcaciones. Navegar por la Estatua de la Libertad nunca pasa de moda o un viaje nocturno a los Hamptons o incluso a Martha’s Vineyard.

Una fragancia personalizada a partir de los aceites de aromaterapia a medida de The Spa del hotel se puede elegir en la barra de aromaterapia de Soveral, una línea de cuidado de la piel orgánica con sede en el Reino Unido. Uno de los terapeutas puede hacer una mezcla personalizada de aceites esenciales según el estado de ánimo y personalidad del visitante. La pequeña botella de aceites esenciales es de 15 mililitros, ¡ideal para viajes!

Un sitio ideal para un viernes por la noche es el Distrito Seaport, que ofrece un poco de todo. Cenar en el Fulton by Jean-Georges, es una buena opción que ofrece una increíble selección de mariscos. Ideal? Pedir ostras crudas de la barra y la fuente de Sashimi. Las vistas desde el restaurante que mira directamente sobre el East River y el Puente de Brooklyn son insuperables. Después de la cena, puede asistir a un concierto en el Pier 17, el lugar top de música al aire libre de la ciudad, y disfrutar de una copa en R17, el bar de la azotea con vistas al East River y al Puente de Brooklyn.

El Tribeca Art District está a solo 10 minutos a pie del hotel, y con 80 espacios dedicados al arte. Es una visita obligada para los amantes del arte. Una visita al Museo Judío es un must, que abarca desde el arte antiguo hasta el contemporáneo mientras se enfoca en la cultura judía.