El edificio naranja, con ladrillos a la vista y arcadas ornamentales dejó de ser una construcción abandonada para convertirse en un mercado-paseo de compras y disfrute porteño.
Dentro de esa construcción de 1900, no habrá carruajes, sino que será el primer mercado minorista gourmet de la Ciudad que tendrá su apertura total en el transcurso de febrero.
Ubicado en la actual Av. Alem y Av. Córdoba, el Mercado de los Carruajes ocupa toda la cuadra y hasta tiene una arista a la que se accede por el empedrado de la calle Tres Argentos.
El diseño original de los más de 4 mil metros cuadrados fue encargado al arquitecto Emilio Agrelo bajo la presidencia de Julio Argentino Roca.
Se lo conocía como “Cocheras presidenciales” pues allí se alojaban los caballos que tiraban de los carruajes del presidente. De allí el bautismo de su nombre.
A fines de enero, algunos pudieron pispear sus instalaciones en el marco de un festival de gastronomía y disfrutar de las propuestas de los locales que serán parte de este nuevo mercado.
El edificio cuenta con dos pisos y una terraza que tendrá huertas ornamentales y verticales. En la planta baja estará el paseo de compras, mientras que en el primer piso y la terraza convivirán locales de diferentes rubros como rotisería, cervecería artesanal, cava de vinos, restaurantes, y otras propuestas.
Serán 42 locales comerciales. El 70% se destinará a la gastronomía; el 20% a productos frescos y alimenticios nacionales e importados, y el 10% a artículos y servicios vinculados con el mundo sibarita. La modalidad de venta será de consumo en el lugar, delivery y para llevar.
Esta propuesta se sumará a los otros mercados ya existentes en la Ciudad en el marco de BA capital Capital Gastronómica.
Un #spot gastronómico que ofrece el plus de no perder detalle de su arquitectura y mucho menos, de un ocaso en su terraza. Allí hay lugar para un gran atardecer porteño entre espejados vidrios modernos y la torre de una construcción de otro siglo.
La puesta en valor
La fachada del inmueble fue conservada y restaurada así como también los vitrales, los marcos de madera de cedro, los bronces originales, su recova en bovedilla y los ladrillos típicos del edificio.
En el hall de entrada principal se repararon y volvieron a colocar las mayólicas originales. El revoque en piedra París también se restauró para que quedara idéntico al del 1900.
El lugar fue descubierto hace varios años por el área de Desarrollo Gastronómico del Gobierno de la Ciudad y, desde el 2011, está protegido como patrimonio histórico porteño.